Se entiende por “limpieza dental” el proceso mediante el cual se elimina tanto el sarro acumulado como manchas y placa de nuestra boca. Pero su principal función no es únicamente estética sino que se trata de prevenir enfermedades.
Diariamente, nuestra boca está expuesta a agentes contaminantes. Con el paso de los años, estos agentes pueden ocasionar enfermedades graves, además de oscurecer y afear el esmalte y con ello, nuestra sonrisa. La higiene bucal es primordial para prevenir que eso pase, pero el cepillado diario no es suficiente.
Las acumulaciones de sarro se forman con mucha rapidez y sólo pueden eliminarse mediante una limpieza dental profesional.
¿En qué consiste una limpieza dental?
Se trata de un proceso bastante sencillo que normalmente se realiza en una sola sesión. Para llevarla a cabo se utilizan instrumentos de ultrasonido, que están diseñados para eliminar las formaciones de sarro sin dañar el esmalte.
Primero se elimina el sarro de la línea de las encías y se continúa con los depósitos subgingivales, es decir, por debajo de las encías. Más tarde se lleva a cabo el pulido de cada diente y finalmente se aplica una fluorización para fortalecer toda la zona.
¿Con qué frecuencia debe realizarse?
Para mantener la salud bucodental, es necesario realizar en la mayoría de los casos una limpieza dental al año. Dependiendo de las condiciones y necesidades específicas de cada paciente y realizando un estudio previo, podría ser necesario realizarla cada menos tiempo.
¿Qué riesgos existen cuando no se realizan limpiezas dentales?
Además de para conseguir una sonrisa estéticamente perfecta y prevenir la caries, eliminar el sarro es necesario para nuestra salud. Nuestro sistema inmunitario entiende que se trata de un cuerpo extraño. Por este motivo, aparece la inflamación y en ocasiones el sangrado.
Si no se pone remedio, termina apareciendo la llamada enfermedad de las encías o gingivitis. Esta enfermedad periodontal es grave e irreversible y puede terminar provocando la pérdida de las piezas dentales.
En conclusión, es necesario mentener una rutina de higiene bucodental que consista en:
Hábitos alimenticios sanos. Evitar las bebidas alcohólicas y los refrescos, así como alimentos con alto contenido en azúcares e hidrocarburos.
Cepillado diario. Un correcto cepillado, atendiendo tanto a superficies externas (piezas dentales) como a superficies internas (lengua y encías), es básico para nuestra salud bucodental. Lo ideal es realizarlo tras cada comida, usando hilo dental mínimo dos veces al día.
Limpieza dental. Una al año, en la mayoría de los casos.
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